SEMINARIO
1- "Una sólida disciplina en el Seminario cuando se pone en práctica de un modo adecuado, crea esa atmósfera de recogimiento que os ayuda a prepararnos para una vida de conversión continua y servicio generoso". (Juan Pablo II "Al Pontificio Colegio Norteamericano" 22-II-1980 DP-1980 n. 58 n. 5)
2- "La vida del seminario ha de caracterizarse por una atmósfera de recogimiento, que os permita a cada uno de vosotros adquirir hábitos duraderos de estudio y oración, y desarrollar interiormente las actitudes de abnegación, generosidad y obediencia alegre; actitudes que tan necesarias son en un sacerdote". (Juan Pablo II "idem" DP-1980 n. 58 n. 5)
3- "Sí, vuestras vidas constituyen una gran promesa para el futuro de la Iglesia, para el futuro de la evangelización del mundo con tal que vosotros permanezcáis fieles: fieles a la Palabra de Dios, fieles a la Eucaristía, fieles a la oración y el estudio, y fieles al Señor, que ha comenzado en vosotros la obra buena, y que la llevará a término (cfr Flp I, 6)" (Juan Pablo II "idem" DP-1980 n. 58 n. 8)
4- "Seminaristas: (...). Preparaos para asimilar a fondo la sólida doctrina y la disciplina de vida que os permitirán ser, a su vez, guías espirituales". (Juan Pablo II "En la Catedral de Kinshasa" 2-V-1980 DP-115)
5- "Encomendaos a María Santísima, siempre, pero especialmente en los momentos de dificultad y oscuridad. «De María aprendemos a abandonarnos a la voluntad de Dios en todas las cosas. De María aprendemos a tener confianza también cuando se desvanece toda esperanza. De María aprendemos a amar a Cristo su Hijo e Hijo de Dios... Aprended de ella a ser siempre fieles, a creer en el cumplimiento de la palabra de Dios en vosotros, y que nada es imposible para Dios». (Discurso en la Catedral de S. Mateo en Washington 6-X-1979)" (Juan Pablo II a los seminaristas romanos 13-X-1979 DP-345)
6- "En ocasiones, sacerdotes óptimos por su virtud y por su celo, disminuyen la eficacia de su ministerio por su temperamento impaciente, inconstante, no equilibrado. Es necesario por eso formarse un buen carácter, abierto, comprensivo, paciente, y a esto ayuda ciertamente la dirección espiritual sincera, metódica" (Juan Pablo II a los seminaristas romanos 13-X-1979 DP-345).